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tropo sutil - la ironía y su mundo :->

artículos - prensa

. : LOS INTELECTUALES : .

. : LOS INTELECTUALES : .

Me gustó leer... en Periodista Digital un texto de Justo Serna del 26 de mayo que venía a decir que

La figura del intelectual es una invención propiamente
francesa, un modo francés de expresarse, de intervenir, de
objetar y de comprometerse, de hacer valer recursos del
intelecto para criticar el poder o para remover atavismos
o para censurar claudicaciones.

¿Quiénes se expresan, intervienen, objetan o se com-
prometen? ¿Los escritores?


Creo que hoy en día son muchos los dicharacheros, y poco los intelectuales de verdad. No porqué estos ya no existan, sino porqué el pueblo ya no tiene lo que hay que tener para reconocerlos.

Por otro lado está que a los intelectuales le cuesta hacerse conocer..¿timidez? ¿humildad?.. que sé yo. Pero lo que si sé es que soportamos por ahora unos opinatodos y unos sinvergüenzas que más que cultivar un poco de ironía con un toque sutil, ladran por los altavoces de nuestro televisores grosería y obscenidades.

Tropo sutil.. está de mala leche... :->

. : LA PALABRA FRENTE A LA IMAGEN : .


Este fin de semana... a partir de un artículo de Espido Freire quisiera aprovechar la ocasión para resaltar justamente ese tema que siempre me ha parecido importante: una palabra vale mas que mil imágenes.

(...) Hemos cedido bajo el empuje de la fotografía, el cine, la publicidad, y la gran humillada no ha sido la palabra, como a veces podríamos pensar, sino la imaginación: ¿para qué idear lo que ya nos muestra una imagen? Nuestros pensamientos han perdido privacidad. (...). Eso es el poder de las palabras y de las frases, bien o mal redactadas: su capacidad de hacernos pensar, motivar nuestra imaginación.

Es verdad que durante el siglo XX hemos podido vivir muchos de nosotros un cambio importante gracia a la tecnología y la informática. Hemos tenido y seguimos teniendo un acceso fácil a la cultura, información, y/o cualquier otro dato que deseamos. Pero proporcionalmente hablando, si comparamos con otros siglos pasados, somos muchos más necios de lo que fuimos. En concreto me refiero a ese espíritu crítico que hoy en día no se puede uno permitir no tener. (¡Ojo!, crítico en el sentido de tener su propia opinión y no de estar descontento de cuanto vemos y oímos).

Esa falta de opinión, siempre, me ha parecido propia de mentes aletargadas cuyo sentido visual se ve sometido a un cúmulo de imágenes diariamente, y a su vez demanda.
La autora se atreve a buscar la causa del dominio de la imagen sobre la palabra (...) porque quizás lo que más rápidamente extendió la sed por la imagen fue su capacidad para acercar sueños: algunos eróticos, otros, románticos (...). Puede ser. Por esa facilidad que nos da la imagen de no tener que pensar y dejarnos sedar por los colores y movimientos.
Pero coincido con ella en que (...) la imagen miente más que mil palabras, porque no deja espacio para el pensamiento, sino sólo para la reacción (...)

Ahora, paseándome por el mundo virtual que es la red, ¿cuanto de nosotros preferimos ver una imagen en lugar que un largo texto tedioso (que no siempre lo es)?. Muchos... demasiados.

De allí que animo a cuantos webmaster y/o creadores paginas web y otros sitios en dejar un poco más de sitio para un buen texto porque en todo eso (...) apenas hay tiempo para rehacerse a través de la lectura, la observación, la imaginación. (...).

Finalizar con un chiste fácil y deciros que yo no leo las guías de teléfonos, sino que espero a que la adapten a la gran pantalla. ;o)


Este texto se apoyo en el artículo de Espido Freire “TIRANA IMAGEN ”


Tropo Sutil ;->

Otra gran ironía ...

Otra gran ironía ... Quiero hacer eco... de la noticia parecida en la revista CLIO del mes de noviembre 2004.
Reconozco que las novelas históricas no ocupan el mejor puesto en mi lista de lectura, y creo que en el de otros tampoco. Sin embargo los últimos libros más vendido son novelas de historias casi de ficción (por apoyarse en pruebas y hechos históricos).

Que sean best sellers creo que cualquier de nosotros a esa altura, no vemos nada malo en ello. Ahora que la gente que lea ese tipo de libro y se crean al dedillo todos los argumentos sobre los cuales se apoyan - cuando se ha repetido hasta la saciedad de que no son correcto - no dejar ser otra de las Grandes Ironías de la vida socio-política en este nuevo siglo ;->

(Se cambian fechas, no se describe con exactitud un lugar, se traduce según convenga las iniciales ej: P S en la famosa iglesia que aparecía en el "Código Da Vinci". El sacerdote esta harto de decir que son la iniciales de San Pedro y San Suplicio patronos de esta iglesia y no del Priorato de Sion; y un largo etc.).

Y ¡ojo! Que que no les van a convencer del contrario ;o). Así, pienso que si queremos leer ficción que leamos ficción, si queremos leer novelas históricas, pues lo mismo; pero que la gente tenga algo de sentido comun si lee una mezcla de las dos, sino Dios tendrá que salvar algo más que América ;->

A continuación os dejo parte de ese articulo



En los últimos veinticinco años, desde loa publicación en 1.980 de El nombre de la Rosa, el dominio de la ficción se ha nutrido a menudo del campo de la historia. No era la primera vez que ocurría, pero sí se iniciaba un nuevo referente literario con gran repercusión mediática. Surgieron los llamados best sellers de calidad, como el citado libro de Humberto Eco o las famosas Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, en los que la historia daba fe de una trama.

La década de los 90 fue la de Alatriste, Alexandros y el Egipto de Christian Jacq. Grandes éxitos que, aunque ocasionalmente tenían algunos deslices - desde el punto de vista histórico - , globalmente retrataban bastante bien los períodos expuestos.

El cambio de siglo vino marcado por la consolidación de la novela histórica como género literario dominante en las principales listas de venta, con gran proliferación de títulos y editoriales especializadas. Llegados a este punto, nada hacía auspiciar grandes cambios. Sin embargo, la última temporada ha visto aparecer la explosión de un nuevo fenómeno editorial. Las listas de ventas se han colapsado con títulos como La hermandad de la Sábana Santa, El último merovingio, El enigma del cuatro o El club Dante... y, por supuesto, El código Da Vinci.

En todos ellos parece reproducirse una misma estructura: personajes históricos y misteriosas sociedades secretas aparecen implicados en una vibrante trama de corte policíaco. El rigor histórico ya no es importante (la historia incluso es falseada a propósito), la calidad literaria tampoco. Pero son libros de fácil lectura, entretenidos, que parecen satisfacer la curiosidad de los lectores.

Desde CLIO nos duele que este sea el signo de los tiempos, porque, aunque aceptamos que una obra de ficción no tiene por qué estar prisionera de un contexto histórico, nos apena ver la historia reducida solo a un sencillo escenario de cartón piedra, y sobre todo nos entristece ver cómo se inventa un pasado, a medida, para cuadrar el argumento de una novela. La confusión que provoca esta nueva moda editorial puede llegar a ser irreparable.



Tropo Sutil ;->