. : APRENDER A INSULTAR : .
Encontré esa frase en un texto de Amando de Miguel... y venía a decir: "Por favor, esmérense en afilar los insultos, que esa operación es un signo de inteligencia, finura y gracia. ¿Saben por qué los niños se apuntan en seguida a las palabras groseras? Porque no saben insultar." (sic) y despertó en mi un viejo tema que a menudo le gusta a un amigo mío comentar.
Él suele decir que la gente recurre a esos insultos groseros por falta de vocabulario, ya que -según mi amigo- cuando la gente ha agotado su vocabulario base, no le queda más remedio que insultar con palabras groseras. Así, pues, surge la cuestión: ¿Se puede insultar sin palabras groseras? Puede parecer raro, pero sí, se puede. Y dependiendo del tono y forma que se empleará podrá ser una simple ironía (:->), un sarcasmo (;->), un comentario cínico y mordaz, una sátira, o una mezcla de todo ellos; siendo lo importante que la persona se sienta aludida.
Este último punto es el más complicado ya que si se peca de sutileza, otra persona puede verse aludida y no la persona que se quiere recriminar. Cada uno tendrá su estilo, pero mi preferido no deja de ser la ironía, aunque no tengo problema para ser algo sarcástico y cínico si hace falta.
Pero volviendo a dicha frase es verdad que hay que esmerarse en afilar los insultos, no sólo produce esa sensación de alivio, sino además, en dicho caso, una cierta superioridad intelectual. De allí el interés de tener un vocabulario amplio de reserva por si las cosas se tuercen. Tanto la lectura, como consultar un diccionario de vez en cuando no viene mal. Hay escritores bastante bueno en este género, por ejemplo Arturo Pérez-Reverte :
Patenta de corso
Con amino de ofender
Con estos dos libros bien aprendidos, uno va a poder insultar con cierto estilo. Eso sí, que la sutileza no va a aparecer por ningún lado ;o) . Creo sinceramente que hay gente con cierto estilo y otras bastante brutas. Ninguno de nosotros estamos a salvo de pertenecer a una o a otra, sólo dependerá del momento. Por lo menos es mi caso. Y hablando de mi tengo que reconocer que hubo una época en que tenía la mano fácil para despachar un par de frases ambiguas y bastante irónicas Pero me gusta más tener amigos, y tuve tengo todavía- que reprimirme. Ahora ya me cuesta más, y si alguna vez me salen frases muy ingeniosa, suelo pensármelo dos veces antes de escribirlo.
Sé que a mucha gente le haría gracia que soltase un par de frases así, pero aquí llega el problema: mis insultos no son actos gratuitos, por lo que apuntan a una persona, puede que en este caso, al que me pida que suelte una chorrada mía; y dos, mucho reír antes de que me ponga a decir algo, pero luego, se le pone a uno la cara más tiesa que ya no he hace falta ningún lifting. Además no tengo ganas tampoco de andarme rellenando reglones y reglones para explicar que sólo era una broma y que no hay nada más sano que reírse de uno mismo... ¡Ya!, me diréis, que mientras los demás se ríen contigo no pasa nada, pero cuando se ríen de ti es otra historia.
Pues sí, es otra historia ya que ahora no se trata de no ser muy susceptible, sino de aprender a insultar... jejeje
Tropo Sutil ;->
PS:¿habeís leido el libro de Schopenhauer?... yo todavía no. ¿Debería verdad? ;o)